Último Capitulo:
Bienvenida a la Realidad, Querida.
Escuché como corrieron las cortinas de una ventana cercana, y de pronto sentí el sol alumbrándome cada vez más. Me volví hacia mi lado derecho para evitar que el sol me diera directamente.
Mi espalda dolía horrorosamente y sabía que era porque había dormido mucho. Abrí mis ojos despacio y para mi grandiosa y grata sorpresa… estaba en una enorme habitación, la cual, nunca había visto.
-¿Qué demonios…? –Fueron mis primeras palabras y después de unos segundos… él estaba allí- ¿Andy?
-Ya empezaba a preocuparme, amor. Me diste un gran susto ayer –Andy estaba sentado en una silla cerca de la enorme cama en la que estaba situada. Llevaba un pantalón de mezclilla deslavado, una camiseta negra ajustada y unos zapatos negros-.
-¿Qué?... –Pasaron varios segundos para que pudiera darme cuenta que la habitación estaba llena de flores rojas, peluches, cartas por montones y muchos, pero muchos globos con una frasecita algo así: “Recupérate pronto”. Esto, era realmente raro. De pronto recordé lo que había pasado. Dennis, Dennis ya no estaba en mí, Ashley… ¡Dios!, miré mi vientre y pasé mis manos una y otra vez por encima de la blusa y nada…- Andy,… Dennis… -Rompí a llorar, no podía olvidar lo que había pasado-.
-¡Hay pequeña! –Se puso de pie rápidamente y me abrazó- No te preocupes, Dennis está bien, no tienes porqué ponerte así amor.
-¿De qué hablas Andy? ¿No sabes acaso lo que ha pasado? –Me aparté de él lentamente y lo miré a los ojos-.
-Dennis está con mamá, bajaron por un café y algo para comer. Deberías de tranquilizarte preciosa –Algo andaba mal, ¿qué era todo esto?-.
-No, no, no. Ashley le hizo mucho daño a Dennis, y a mí también Andy.
-¿Ashley? Él está en Madrid amor, de luna de miel, ¿recuerdas? –Estaba por decir más cosas y calló rápidamente- Bueno creo que no recuerdas, pero no te preocupes, ahora lo que importa es tu salud y la de Miel –Sonrió dulcemente y yo aún seguía sin comprender nada. La puerta de la habitación se había abierto y me llevé una gran sorpresa-.
-¡Mami! –Gritó un pequeñín de menos de un metro de estatura y tenía una hermosa sonrisa que se parecía demasiado a la de Andy. Su cabello era identico al de Andy… y ni hablar de su pequeño rostro-.
-¡Oh, querida! –Susurró una mujer que venía detrás del pequeño- Haz despertado.
-¿Qué diablos pasa aquí Andy? –Lo miré desesperadamente- ¿Por qué hay montones de globos, peluches, cartas y flores por doquier? ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando?
¡Pareciera como si alguien quisiese burlarse de mí! Y antes de que me pudiera contestar, tocaron la puerta y en una fracción de segundo entraron en la habitación de nuevo y era… ¿Adam?
-¡Buenos días, señora Biersack –Me sonrió y fue directo mí- ¿Cómo ha seguido? ¿Recuerda algo? –Se volvió hacia Andy. Éste asintió-.
-Acaba de despertar, al parecer… solo me recuerda a mí –Andy hizo un pequeña mueca. El pequeñín levantó los brazos hacia él y comenzó a cerrar y abrir los puños energéticamente. Lo cargó y el nene comenzó a jugar con una cadenita que traía Andy colgada al cuello-.
-No entiendo porque… no fue nada grave, solo tuvo una recaída. ¿No despertó en toda la noche? –Volvió a preguntar-.
-No, para nada.
-¿Seguro?
-Sí, estuve con ella toda la noche Adam… ¿Es algo grave? –Preguntó Andy. En ese momento no entendía nada. Deseaba que me dijeran lo que estaba pasando… ¿ese pequeño sería Dennis? Tal vez solo estoy teniendo un sueño-.
-No lo creo. En fin, si algo sucede, no dudes en llamarme Andy, y no te preocupes por la pequeña, ella se encuentra bien. Nos vemos después _______ -Volvió a sonreír, tomó su maletín negro y se fue-.
-Le avisaré a tu padre que _______ ya se encuentra bien, ahora vuelvo –La mujer que estaba al pie de la puerta se quedó allí durante una fracción de segundo y rápidamente se retiró-.
-Andy… ¿qué está pasando aquí? –Pregunté esperanzada en que por fin me lo dijera-.
-¿Enserio no recuerdas nada? –Él sonrió un poco y al pequeño que traía entre manos lo dejó en el piso, sin que antes de esto, el pequeño hiciera un pucherito- Bien, pero primero dime qué es lo que soñabas… por lo que me dijiste acabándote de despertar, no te veías muy bien que digamos amor –Se puso de pié y se sentó en el borde de la cama- Puedes comenzar.
Terminando de contar toda barbaridad dicha, solo rió. Me besó la frente mientras caían unas cuantas lágrimas de mis ojos. ¿Cómo podía reírse en cuanto le dije que Ashley había hecho que Adam sacara de mis entrañas a mi hijo? Esto ya era el colmo.
-¡Hay amor, ya no llores! –Volvió a besar mi frente y sonrió- Creo que deberías dejar de escribir novelas por un tiempo. ¡Qué barbaridades dices mujer!
-¿Novelas? ¿De qué hablas? -¿A qué se refería? Él es el que estaba loco-.
-Bien, creo que es mi turno de explicarte la historia, tal vez así recuerdes las cosas. Me imagino que te preguntarás que, qué son todas esas flores y adornos de por allá –Señaló la parte de enfrente de la cama- Bueno, tienes muchos fans. Escribes novelas. Ayer mientras estabas escribiendo la segunda parte de tu libro, recaíste. Acción que fue provocada por falta de sueño y comida –Remarcó esto último- No has despertado desde ayer. Y éste pequeño que ves allí es Dennis.
-¿Dennis?... –Tragué saliva ruidosamente- ¡Dennis! –Pronuncié el nombre tan fuerte que el pequeñín se asustó y se volvió a mí-.
-Hola mami –Emocionado, tomó una flor roja y un pequeño osito de peluche en sus manos. Corrió hacia mí, Andy lo tomó en sus brazos y lo puso a mi costado. Dennis me los entregó y sonrió dulcemente- Papá decía que estabas enfermita… ¿verdad que ya no lo estás mami?
-No, no. Claro que ya no estoy enferma corazón –Se acercó a mi mejilla y me dio un pequeño besito-.
-Qué bueno mami, Adam dijo que Miel se encontraba bien, ya quiero que nazca –Tocó mi vientre, acercó su orejita y la pegó a él. Me imagino que trataba de escuchar algo, pero, ¿acaso estaba embarazada de nuevo?-.
-Dennis, es hora de que te alistes, o llegarás tarde a la escuela –El nene despegó su orejita de mi vientre, me dio de nuevo un besito en la mejilla, bajó rápidamente de la cama y fue directo hacia la puerta- ¿No te olvidas de algo? –Dijo Andy. Dennis corrió a los brazos de su padre y le dio un beso también- Ahora sí campeón.
-¿Mamá estará bien? –Lo dijo en un susurro, solo para Andy, el cual yo también escuché-.
-Yo cuidaré de ella pequeño, no te preocupes –Dijo Andy mirándome-.
-¿Y también de Miel?
-De las dos, te lo prometo –Levantó su mano y Dennis la golpeó, chocándolas- Ahora tienes que irte, dile a la señora Mary que te ayude a vestirte, anda.
-De acuerdo –Salió corriendo de la habitación y Andy se recostó a mi lado-.
-¿Miel? –Pregunté con una sonrisa en el rostro. Él me estrechó entre sus brazos y sentí su delicioso olor a hombre, el mismo que me hacía estremecer. Sin duda alguna, lo extrañaba-.
-Sí, bueno, si no te gusta el nombre, podríamos cambiarlo amor. Aunque todavía no sabes qué es, Dennis dice que será niña –Tomó mi mano y entrelazamos los dedos. Y me di cuenta que mi mano cargaba un anillo, que era idéntico al que me regaló… en mi sueño-.
-No… me gusta ese nombre… ¿Seguro que fue un sueño Andy? –Tal vez si fue verdad lo que había pasado con Ashley y en estos momentos me quedé dormida. Solo deseaba que no fuera así-.
-De hecho, lo que me contaste, es prácticamente la trama de la historia que escribes. Usaste nuestros nombres, el de Dennis, Adam, el mío claro, entre muchos otros. Bueno no son muchos la verdad –Me miró fijo y yo también lo hice. Esa mirada que me desnudaba el alma completa y revelaba cada parte de mí. En la que sentía que todo se detenía- Debo de admitir que me sentí impotente _______. Aunque no lo creas y no te acuerdes, últimamente nos hemos distanciado un poco. Tuvimos peleas y discusiones, y el verte allí recostada en el suelo sin que me respondieras… fue un milagro encontrarte a tiempo –Cerró los ojos fuertemente, de ellos comenzaron a emanar lágrimas lentamente- Perdóname.
-¿Por qué has de pedirme perdón? –De pronto venía todo a mi cabeza. Las llamadas nocturnas, salidas tempranas y llegadas tardes. Todo volvía a mi cabeza, comenzaba a recordar lo que había pasado ayer, antier y los días anteriores. Comenzaba a recordar todo… todo- Me… ¿me engañaste Andy? –Tragué ruidosamente-.
-Salí con una chica llamada… -Lo interrumpí-.
-Aurora, sí y sé que no hiciste nada… lo recuerdo Andy, lo recuerdo –Lo abracé rápidamente y comencé a llorar-.
-¡Gracias a Dios! Lo recuerdas pequeña. Discúlpame, por favor. No quiero perderte, no quiero –Lo miré fijamente-.
-¿No pasó nada verdad? Dime que no –Él negó rápidamente. Y yo lo sabía. Sabía que él no podía ser capaz de hacer semejante cosa-.
-Te juro por mi vida que no pasó nada, absolutamente nada pequeña. Y ahora lo que importa eres tú, el pequeño Dennis y la personita que viene en camino. Fui un estúpido, lo sé –Sonreí al saber que lo que había pasado había sido tan solo un sueño y nada más. Tocaron rápidamente la puerta y entró la señora Amy-.
-¿Por qué esas caras largas? –Preguntó al vernos llorando-.
-Ya comenzó a recordar las cosas mamá –Dijo Andy mirándome tiernamente y a la vez disculpándose-.
-Si es así, entonces… Bienvenida a la realidad, querida –Dijo con una sonrisa- Le he avisado ya a tu padre sobre el estado de _______. Dijo que venía hacia acá. Dennis acaba de irse hacia el colegio –Nos miró unos momentos y asintió-.
-Bueno, creo que mejor me retiro. Si necesitas algo _______, sólo dímelo –Sonreí y asentí-.
-Claro, gracias Amy –Ella sonrió también y salió de la habitación-.
Pasó un tiempo para que yo me pudiera adaptar a lo que era mi vida real. Los primeros días era irreconocible para las personas a mí alrededor. A pesar de que recordaba muchas cosas, me comportaba muy diferente a como era antes. Comenzaba a tener malestares como los tenía con Dennis, pero valían la pena.
Después de un par de meses, Ashley nos visitó, junto con su esposa… la cual resultó ser Aurora. ¿Cómo pasó? Bueno, Andy me comentó que ella y él eran muy amigos y que Aurora andaba detrás de su hermano, Ashley. Por eso era que le hablaba y que teníamos problemas entre los dos. Debo de admitirlo, cuando algo me emociona, no dudo en decírselo a todo mundo. Es por eso que Andy no quiso decirme lo que se tramaba con esa chica ya que pensó que si me lo contaba, iría con todo el mundo para contarles.
En total Ashley la conoció, se gustaron, enamoraron, etc., etc., etc.
Parecía todo normal. Para mí lo era. Seguí escribiendo mi libro pero con un sentido diferente al de antes. Ideas más claras y precisas. Misterio, amor, imposibles y demás cosas conformaban lo que era el trama. Con ayuda de mi familia era mucho más fácil estar inspirada y hacer las cosas.
6 de abril de 2012
Hoy era un día especial. Era el cumpleaños de Dennis. Desde hace semanas que estaba emocionadísimo y esperanzado para éste día. Andy y yo estábamos vueltos locos buscando el regalo que tanto quería y gracias a dios lo encontramos.
-Andy… amor… despierta –Susurraba mientras mis dedos rozaban su rostro, el cual estaba encima de mi pecho. Y al parecer ya estaba despierto-.
-No quiero, mejor quedémonos aquí el resto del día –Dijo arrastrando las palabras-.
-Es el cumpleaños de nuestro hijo, Andy –Él rápidamente se volvió hacia mí-.
-¿Tan rápido? Creí que sería el próximo mes –Aún mantenía los ojos cerrados y abrió el derecho para ver mi expresión- Es broma amor, pero entonces eso significa que no haremos de las nuestras en todo el día de hoy, ¿verdad? –Sonreí y lo besé dulcemente-.
-No lo digas en ese tono Andy. Hoy es un día especial para nosotros y para Dennis, en especial para él. Y la verdad no deberíamos de hacer nada, siento como si le pudiéramos hacer algo al bebé –Él negó con la cabeza-.
-Si le llegáramos a hacer algo de daño a Miel, no te tocaría para nada preciosa. Bueno, claro que lo haría pero sería solo para abrazarla, besarla y apapacharla mucho, señora Biersack –Se acercó a mis labios, estaba por besarlo cuando de pronto me tomó de las manos y me sacó rápidamente de la cama. Me tomó entre sus brazos y nos introducimos en el cuarto del baño-.
Tardé un par de horas en salir de allí, ya que Andy insistía en quedarnos más tiempo. Me alisté sencilla pero elegante a la vez y me dirigí hacia la habitación de Dennis junto con su desayuno. Lo desperté haciéndole muchas cosquillitas en el estómago y un poco más tarde tomó su desayuno. Andy no tardó en entrar a la habitación y tomó a Dennis en brazos, haciendo como si éste fuese un avioncito humano, volando de allá para acá.
-Anda Andy, bájalo ya. Dennis tiene que alistarse –Andy hizo caso omiso y solo lo llevó directo al baño-.
-Yo puedo bañarme solo mami –Dijo rápidamente y tratando de cerrar la puerta-.
-¿Estás seguro Dennis? ¿No quieres que mami y la señora Mary te ayuden? –Pregunté
dudosa, él nunca me había dicho eso-.
-Seguro mami –Cerró la puerta y me volví hacia Andy-.
-A mí no me mires, yo no sé qué se trae entre manos –Se encogió de hombros y después tocaron el timbre- Creo que es mamá, dijo que llegaría a las once. ¿Bajas conmigo? –Negué con la cabeza, me acerqué a él y lo besé. <<Te amo>> susurró y salió de la habitación guiñándome un ojo. Y de pronto escuché un ¡Chin! Que venía desde el baño en el que estaba Dennis. Tomé algunas prendas para él y las coloqué encima de su cama. << ¿Y ahora cómo me las quito? >>. Escuché a Dennis preguntar. Me mordí el labio inferior, ¿con quién hablará?, no pasó mucho tiempo para que yo pudiera saber, ya que abrí la puerta del baño cuidadosamente y lo que descubrí me dejó helada… Dennis tenía en la espalda dos alas blancas como la nieve y un poco más grandes que él. Volteó hacia mí rápidamente sorprendido. <<! Oh, oh! >> susurró.
FIN.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Haré un último Cap!
Haré un último Capitulo después :( se termina la novela. Si tú sigues apreciando mis novelas haré muchas más. Seguiré con otra después.
ADIÓS.
ADIÓS.
#Capitulo 10
No podía pensar en nada más. El saber que Dennis yacía en manos de Ashley y sin vida… me destrozaba cada vez más. Ya nada me importaba… ni siquiera Andy. Por mí y que se vaya al mismísimo infierno si es necesario. Todo esto era… una estupidez, una locura.
¿Será esto real?
No lo sé. No quise abrir mis ojos, no quería abrirlos jamás. Sentí un ligero pinchazo en mi brazo y más sollozos aún. Sabía que era Adam, pero… ¿cómo pudo hacerme esto? Yo… yo confié en él y lo único que hizo fue abusar de esa confianza y llevarme directo a manos de Ashley…
¿Cómo lo conocería?
Tampoco lo sé.
-¿Puedes dejar de lloriquear? –Ni siquiera se escuchaba mi voz, pero al menos había silencio y eso haría que Adam me escuchara un poco-.
-No hables, por favor. Lo lamento tanto _______, enserio lo lamento y te juro por mi vida que yo no quería pero…
-Ya cállate Adam… es lo mejor que puedes hacer… ¿qué me pusiste?
-A-anestesia, debe de dolerte el estómago –En efecto, sí. Pero eso había desaparecido de mi mente y de mi cuerpo, ya no me importaba que tenían que hacer conmigo-.
-No tenías porqué drogarme, da lo mismo si me duele o no. No te importó lo que me hiciste a mí y a Dennis, no veo porqué te importa ahora…
-No digas más por favor. Te juro que yo nunca quise y…
-No me importa Adam, ahórrate tus disculpas y regresa por donde viniste –Solo deseaba que fuese un sueño y despertarme de una vez por todas… pero no era así. Sabía que no despertaría y agradecería al cielo y a Dios por ser un mal sueño del que había pensado nunca despertar-.
¿Por qué me pasó esto a mí? ¿No pudieron elegir a otra persona que solamente no fuera yo? No era mucho pedir… pero, sé que por algo pasan las cosas.
Sentí los labios de Adam rosar y besar mi frente, sabía que era él porque aún seguía llorando. Volvió a decir un lo lamento y escuché sus pasos alejándose lentamente.
¿Ahora qué seguirá?
Mi historia:
(( Andy ))
-Es que… esto no puede seguir así, le estoy destrozando el corazón… Aurora, ¿sigues ahí? –Las cosas iban de mal en peor, los consejos de la chica, pensándolo bien, estaban mal, pero según ella, lo que estaba haciendo estaba bien- Aurora…
-No te preocupes chiquito, deja ya de inquietarte, todo saldrá bien, ya verás –Aunque sonaba bien, era muy diferente el efecto que resultaba en mí aquellas palabras-.
-No creo que esté haciendo lo correcto… -Me interrumpió la chica-.
-Tu solo hazme caso y verás que resultará el plan que tienes… ¿nos veremos hoy?
Lo pensé dos veces- Sí, pero recuerda que regresaré temprano, temo que esto se vaya de mis manos –Bufó en el auricular y suspiró-.
-De acuerdo, entonces vente ya, no quiero que me hagas esperar más –Colgó repentinamente y yo me volví hacia _______. Cerré las puertas del balcón y me dirigí hacia la cama. Me senté en el borde y la miré detenidamente. Era hermosa-.
-Siento hacerte pasar todo esto amor, pero es por el bien de Dennis y el tuyo. No sabes cómo me duele que estés con Adam… pero yo sé que no tengo que decirte que hacer, sé que elegirás bien… te amo –Le planté un dulce beso en su frente y salí de la habitación-.
Aurora no sabía mi secreto, pero comenzaba a sospechar de mi comportamiento. Las cosas religiosas (sobre todo eso, le fastidiaba a ella), los rechazos a sus señales amorosas, las cizañas por parte de ella hacia _______, entre más cosas… comenzaban a fastidiarme.
Era muy, muy cariñosa y eso a veces me daba jaqueca. He hecho miles de cosas para hacerla entender que en mi “vida” solo hay una mujer… y esa es _______.
Emprendí mi vuelo hacia la casa de la chica, y antes de llegar, aterricé despacio en el tejado de una casa baldía, como de costumbre. Caminé un par de metros hacia el umbral de la casa de Aurora y toqué el pequeño timbre dos veces. La puerta se abrió rápidamente y una mano me estiró del cuello hacia dentro de la casa.
-¡Lo sabía! –Gritó pegando un salto y apoyándose en la puerta para después caer hacia el suelo de sentón. Se tapó la boca con las dos manos y comenzó a reírse como loca- ¡Lo sabía! –Volvió a repetir-.
-¿De qué…? –No me dejó terminar la pregunta cuando de pronto ya había comenzado a hablar-.
-¡Eres un ángel! –Se levantó del suelo y me abrazó fuertemente-.
-Entiéndelo Aurora, no lo soy, no sé de donde sacas esas ideas –La chica se cruzó de brazos y se sentó en el borde de la cama-.
-Yo te vi. Chase ya me lo había dicho, pero no había creído nada… qué equivocada estaba… esto es… es… fascinante. Tengo que decírselo a alguien y…
-No, no, no. No tienes que decir nada. Esto… será un secreto, entre los dos, ¿entiendes?
-Ah, entonces… ¿Lo estás admitiendo?
-Solo, no digas nada, ¿quieres?
-No, claro que no diré nada, a menos que… -Se mordió el labio inferior y me miró fijamente- Hagas lo que yo te pido.
-Ya te lo dije Aurora, yo amo a _______ y tú no tienes lugar conmigo –Ella se puso de pie y se dirigió hacia mí. Me tomó del cuello y nuestros labios quedaron a solo unos centímetros de distancia-.
-No me importa, si no haces lo que yo te pido… nunca más volverás a ver a _______, ¿a causa de qué?, de que estarás en laboratorios siendo examinado miles y miles de veces hasta más no poder, perdiéndote la infancia de tu hijo… y ella… con otro hombre y quién sabe si Dennis con vida… ¿qué prefieres? ¿Hacerme caso o no?
-Deja de sobornarme Aurora, nunca funcionará conmigo y lo sabes –La morena estaba poniéndose irritable de nuevo, quise apartarla de mí, pero fue imposible- Basta Aurora suéltame… -Hizo un movimiento muy rápido y me tiró directamente encima de la cama-.
-Solo escúchame Andy. Quiero que duermas conmigo ésta noche, no pienses mal, no es nada malo. Solo que duermas a mi lado, es todo. Siempre quise eso desde que te conocí.
-Eso es algo que no se le pide a un amigo, ¿no crees?
Ella se encogió de hombros y se sentó a mi lado- Solo es una cosa muy sencilla, Andy, no te pediré nada más que eso… ¿qué dices? Soy una astillita que no te podrás quitar fácilmente –Eso lo sabía-.
-Está bien, pero solo un par de horas –La morena aplaudió energéticamente y sonrió a más no poder-.
-¡Genial!
Pasaron las horas más lentas que nunca. En cuanto ella comenzó a hablar entre sueños
decidí largarme de allí.
Llegando a la casa, directamente entré a la habitación de _______. Ella aún dormía y seguía en la misma posición. Tenía tantas ganas de que todo este tremendo lío terminara…
Me incorporé a su lado y la miré durante todo el resto de la madrugada. Era tan hermosa y tranquila. Mi forma de actuar con ella últimamente ha sido muy… muy mala. Pero según Aurora, tenía que hacerlo. A mí no me parecía en lo absoluto, pero no me quedaba de otra que escuchar sus consejos.
Me destrozaba tanto tener que dejar de hablar con ella, sé que se pone muy triste y eso me duele. Pero insisto, es por nuestro bien. Dennis… Dennis es una gran bendición, tengo tantas ganas de que nazca ya y poder jugar con él. Aprender a cambiarle el pañal, alimentarlo, cuidarlo, entre muchas otras cosas.
Espero ya no tener ningún problema con Ashley, es tan… fastidioso, sé que pongo en riesgo la vida de _______ al tomarlo tan a la ligera… pero sé que los problemas que hemos tenido no tienen nada malo comparado con lo que en verdad es capaz de hacer. No sé porque me tiene tanto rencor y coraje. Ojalá algún día pueda saberlo.
Mi historia:
(( _______ ))
-La vida… no es color de rosa, _______, eso tienes que entenderlo –Ya me había acostumbrado cada vez más a la presencia de Ashley a mi lado. Debo decir que, aunque yo no hablara, él me contaba cosas de su vida… ¿quién iba a pensarlo?- Eso lo comprendí desde que pasó lo que pasó.
-Yo sé que no es color de rosa… de hecho, no me gusta ese color, Ashley –Él sonrió y sacudió la cabeza-.
-¿Pensaste que te quedarías para siempre con Andy y que tendrían una hermosa familia conformada por un montón de escuincles chillones? ¿Crees que eso es vida? Estás muy equivocada hermosa… te apuesto mis alas a que no durarías ni 2 años con Andy, sabiendo realmente como es… -Sacó un cigarrillo de una pequeña cajita que estaba repleta de ellos y lo encendió rápidamente- ¿Qué dices?
-¿Esto es real? –Miraba un rincón de aquella habitación tan tenebrosa y lo miré después a él-.
-Te diré un pequeño secreto _______... es real cuando tú lo crees.
-No entiendo Ashley, ¿a qué te refieres? –Él volvió a sonreí y exhaló humo por su nariz y boca-.
-Llega un momento en el que ya no puedes con esto, porque crees que es real… cuando en verdad… solo es una dura y triste ficción.
#Capitulo 9
Hubo un cambio muy extremo después de un día de noviembre muy anormal para mí. En cambio, Andy dejó de dirigirme la palabra por completo. Yo dejé de ir cada semana al hospital, lo reduje a solo una vez por mes. <Puedo decirte que sería a mediados o finales de Abril, será cuando nazca éste pequeño nene>, hace unos días fui con Adam y eso fue lo que me dijo.
Los días festivos de Diciembre se acercaban continuamente y era de lo único que hablan en la televisión. Pensé en que tendría que comprar adornos, recetas navideñas, un obsequio para Andy y… el enorme árbol de navidad. Ahora que lo pienso… hay uno en el cuarto de huéspedes.
Mientras colocaba el árbol, yo SOLA, sin ayuda de nadie, dieron tres golpeteos en la puerta. No podía haber sido Andy, éste había salido hace unos momentos y no entraba por la puerta. Volvieron a golpear. Fui hacia la puerta y la abrí. Era Adam.
-Hola, ¿puedo pasar? –Andy no había dicho nada sobre no hablarle a Adam. Así que no me importaba. Adam tenía en el cabello una finita capa de nieve y salía mucho aire caliente de su boca-.
-Adelante Adam –Él sacudió su cabello y entró a la casa-.
-Te lo agradezco, estaba congelándome ahí afuera –Miró fijamente mi imagen hogareña y desaliñada que tenía por las mañanas y como yo no planeaba una visita… esperen…-.
-¿Cómo supiste que yo vivía aquí? –Tomé un mechón que había salido desprevenido del sujetador y lo coloqué detrás de mi oreja. Arqueé una ceja y sonrió-.
-Archivos –Se frotó las manos energéticamente- ¿Cómo has estado?
-Bien –Me dirigí hacia el enorme árbol de navidad, lo empujé una vez más para poder ponerlo en pie y él rápidamente quitó mis manos de él-.
-No debes de estar haciendo esto _______. Haces mucha fuerza y eso le hace demasiado mal a Dennis –Asentí agradecida por el dato y sonreí- Esto debe hacerlo Andy, ¿dónde está? –Me encogí de hombros, desconociendo la respuesta a tal pregunta- ¿Debe estar con la mujer de la llamada verdad? –Creo que se había dado cuenta de mi mirada- Es lo que pensé –Dijo mientras lo miraba y puso el árbol en su lugar-.
-¿Qué haces aquí, Adam? –Desvié mi mirada de sus ojos que me examinaban sin parar y me dirigí a la enorme caja café que contenía los adornos para el árbol- ¿Pasa algo?
-No, nada en absoluto. Pero pasaba por aquí y quise hablar unos momentos –Me puse de rodillas e inspeccionaba algunas esferas de colores, entre otros adornos. Él se acercó y se hincó también- Si quieres puedo ayudarte.
Obviamente lo que había pasado antes entre nosotros. Hablo sobre el beso. Había cambiado mi forma de dirigirme a él y hablarle. Me sentía un poco incómoda y cuando nos mirábamos por unos largos segundos, creía que nunca terminarían. Pensaba que volvería a besarme como aquella vez.
-Eres muy amable pero… -Andy. ¡Recuerda a Andy, _______! Si él puede salirse con una mujer, ¿por qué no puedes tener compañía de un hombre amable y dulce como Adam? ¡Claro! No me negaré- De acuerdo, pero ya hiciste todo el trabajo rudo, ¿no crees? –Él me regaló una de esas hermosas sonrisas que tiene y asintió-.
-Eso no amerita que no te ayude a terminar lo que acabo de hacer –Se puso de pie, extendió su mano hacia mí y la tomé. Él tomo la caja llena de adornos para sí yo no tener que agacharme a tomar las cosas- Bien, veamos… colocaremos primero las luces, ¿de acuerdo? –Asentí feliz de saber que en esto no estaba sola-.
Creí que esto sobre la navidad era un tema de pan comido. Que equivocada estaba. Nos pasamos toda la tarde decorando, aparte del árbol de navidad, la casa. Lucecitas por aquí, velas aromáticas por allá, en fin, muchas cosas. Debo decir que esto le dio mucho color a la casa, se veía estupenda.
Le ofrecí un café a Adam, mientras terminábamos de decorar la casa. Ya estaba anocheciendo y Andy tal vez, como otras veces, llegaría hasta tarde.
-Por lo que veo, Andy sigue haciendo de las suyas –Tomó un sorbo de café y se cruzó de manos encima de la mesa- ¿Por qué no haces algo al respecto _______? Esto está mal. ¿Por qué no lo ves?
-No dejaré que alguien venga y me diga que hacer, Adam –Mi mirada se mantenía en la mesa, no quería que él llegara a descubrir lo que en realidad sentía- Yo sola me las arreglaré.
-Es que, las cosas no son así _______. Tal vez tú no te lo imaginas pero, allá afuera hay personas que te valoran mucho más que éste imbé/cil. No vayas a decir que no tengo razón porque muy bien sabes que sí –En efecto. Era verdad- No tienes que sopórtalo más. Es obvio que te engaña. Yo sé lo que te digo, debes creerme –Hice lo que nunca debí y lo miré fijamente, sus ojos volvían a tener ese hermoso brillo que resplandecía en todo su ser. Tal vez tenga razón…-.
-¿Así, qué personas Adam? –Él bajó su mirada y después de unos segundos me miró-.
-Yo, por ejemplo -¿Y si le daba una oportunidad? Andy y yo ya no seríamos los mismos, y eso había pasado desde hace mucho tiempo. Sí, lo haría. Miré sus labios unos momentos y él vio lo que yo intentaba. Y después de unos segundos, nuestros labios estaban unidos-.
Por la noche, cuando estaba acomodando las sábanas para poder dormir, me sorprendió la llegada de Andy. Siempre me iba a la cama y después de unas horas, antes de amanecer, llegaba.
No le di importancia y tomé mi pijama. Me di un baño y me alisté para dormir. Él estaba dentro de la cama, vi su ropa dispersada en la mesita que estaba a un costado de la ésta y me imaginé que se había metido en la cama sin ella. Nunca lo hacía. Mientras iba de un lado a otro de la habitación, dejando algunas prendas de ropa sucia, sentía como su mirada perforaba mi espalda. Estaba mirándome desde que salí de allí. ¿Sabrá lo que hice? No me importaba.
Cerré cuidadosamente la puerta del balcón y me dirigí hacia la cama. Él seguía mirándome. Me metí entre las sábanas frías y como de costumbre, me dio un escalofrío. Estiré mi mano hacia el cordoncito que encendía la lámpara que estaba a un costado de la cama y la apagué. La obscuridad invadió la habitación y le di la espalda a Andy, como siempre.
Posó su mano debajo de mi vientre y me atrajo hacia él cuidadosa y fácilmente. Se acercó a mi cabello e inhaló ruidosa y profundamente el olor que desprendía éste. ¿Qué tramaba? Lo que sea que fuera, tal vez no llenó con lo que la mujer que acababa de ver le dio. Eso, de nuevo, ya no importaba.
-Estás loca mujer –Dijo por fin, en tono burlón- ¿Por qué me juzgas sin razón? – ¿Sin razón?-.
-¡Por Dios Andy! Tengo toda la razón del mundo –Dije tratando de no subir mucho la voz- Toda –Remarqué-.
-Yo no te he faltado nunca el respeto, en cambio tú sí –Me dio un leve pellizco debajo del vientre-.
-Yo no te he hecho nada, ¿de qué hablas?–Pregunte tratando de conciliar el sueño de una vez por todas-.
-Te has besado por segunda vez con Adam, yo nunca he hecho algo así o parecido, tu
haz sido la única en mi vida, _______, si es que la tengo.
-¿Y las veces que hablas con la chica que te llama? ¿Cuándo corres apresurado a un lugar apartado de mí para hablar? También cuando ríes horas y horas con el celular en la mano… hablando con ella –Lo dije todo en un susurro. No quería que creyera que me importaba. Pero estaba demostrando todo lo contrario. De todos modos él está escuchando todo lo que digo en mente-.
-No sabes ni siquiera por qué lo hago –Se puso rígido de un momento a otro-.
-No lo sé porque no lo dices. Estoy harta de que desde hace tiempo atrás solo tu tiempo es ella. ¿Por qué hasta ahora se te ocurrió hablar? ¿He? ¿Solo hablas cuando crees que te soy infiel?
-No, _______... –Lo interrumpí-.
-O nada más cuando se te pega la maldita gana. Ya no lo soporto Andy, esto se está acabando poco a poco y todo por tu culpa, no lo niegues, sabes que es verdad –Él no había pronunciado palabra alguna-.
-¿Lo dices por Adam, verdad? Él no sabe ni quien es _______. ¿Cómo puedes confiar en su palabra?
-Confío en él, así como un día confié en ti. Muchas cosas de lo que me dice tienen sentido Andy. Y he decidido… darle una oportunidad –De pronto, se puso de pie y arrojó algo que estalló contra la pared-.
-¡No puedes hacerme esto!
-¡Claro que puedo! –Me senté y lo miré fijo en medio de la obscuridad, en efecto, estaba desnudo- No somos nada, ¿recuerdas? ¿Novios tal vez? Eso no me dejó nada en claro.
-¡Pero te di un anillo _______! –Señaló el objeto que yo llevaba en mi mano izquierda-.
-¡¿Y eso qué?! –Le grité fuertemente. ¿Crees que con regalitos voy a ser feliz? No soy una chica material-.
-¡Estamos comprometidos! –El silencio consumió por completo la habitación. Eso debió de haberlo dicho desde un principio-.
-Pues no parece Andy, no parece –Me volví a acomodar entre las sábanas. Los párpados comenzaban a pesarme y bostecé. Andy volvió a mi lado.
-_______...
-Ni me hables ya. Mañana saldré temprano con Adam, así que necesito dormir. Buenas noches Andy –Hacerlo o no hacerlo. Opté por decir lo que sentía, estaba cansada de quedarme callada. Él hizo caso omiso a lo que le había dicho y me abrazó como pudo. Creo que mañana será un largo día-.
-_______, la casa quedó linda. Te esmeraste mucho, amor. Me encantó –Hubiera quedado más hermosa si hubieras ayudado Andy. Pensé- Lo sé, perdóname -¿Por qué? ¿Por pasar tanto tiempo con ella? No lo creo- Pronto verás porque hago esto, ya te lo dije una vez y te lo diré miles de veces si es necesario. Después de todo esto, verás que te haré la mujer más feliz del mundo. Seremos la mejor familia que la gente haya visto y tú serás mi mujer. Te amo _______ -Eso espero Andy, eso espero-. —
Abrí mis ojos lentamente, rápido visualicé el reloj. Aún era temprano. Intenté levantarme de la cama pero los brazos de Andy me detenían fuertemente.
-Buenos Días _______. Te diré algo, ¿por qué mejor no te quedas aquí? –Me volví hacia sí y lo miré detenidamente-.
-¿Quedarme? ¿Para qué? –No tenía caso quedarme allí. Él se iría en un par de horas a más tardar y yo me quedaría sola como habitualmente lo estaba-No tiene caso.
-Claro que lo tiene, y no te dejaré sola de nuevo.
-Solo intentarás hacer que yo no vaya a mi cita con Adam, y cuando cumplas lo que tramabas… volverás a lo de siempre –La verdad no sabía si creerle o no-.
-Tienes que creerme.
-Lo siento Andy… -Susurré. Traté de levantarme de nuevo pero fue en vano. Él no dejó de soltarme- Tengo que arreglarme Andy, suéltame, por favor.
-Tú no necesitas arreglarte para verte linda _______. Eres perfecta, y no, no te dejaré ir –Lo menos que quería era discutir en ese momento, no estaba muy de humor para tonterías como ésta-.
-Deja de actuar como niño Andy, y suéltame ya –Él aflojó las manos de poco a poco y sí pude quitármelo de encima- Gracias –Solté esto último entre dientes-.
-Si me amas, quédate aquí. Si no, vete con él –Antes de ponerme en pie, me detuve en seco en el borde de la cama. No sé porque, pero sentía que algo tramaba- No es así _______. Te estoy dando a escoger la opción correcta de la incorrecta.
-¿Y si yo te lo preguntara? ¿Qué harías? –Esto era el colmo. Quería dejar de ser la culpable cuando él era el que me orillaba a hacer lo que hago-.
-Hasta el momento no me lo habías preguntado, pero estamos hablando de ti. Tú eres la que se irá de paseo con ése doctorcito de pacotilla.
-De paseo, tú mismo lo has dicho. No me iré todo el día y regresaré a casa a altas horas de la madrugada como lo haces tú con no sé quién, Andy –Él estaba por decir algo, pero se lo pensó dos veces- ¿Ahora que tienes que decir al respecto?
-Entonces, vete, si es lo que quieres –Claro que lo haré. Gracias por entender. Me puse de pié y me dirigí al armario, tomé algunas prendas y me introduje en el baño. Me di mi tiempo para arreglarme bien, ni mucho ni poco-.
Ayer, antes de que anocheciera, mientras platicaba con Adam, salió una pequeña cita. Nunca había tenido una, pero si lo de la cena de aquel día fue una cita… entonces solo había una de la que me acordaba. Era agradable tener a alguien con quien charlar y pasar el tiempo a gusto. Meses atrás, eso y más hacia con Andy. Estaban por dar las 10 y yo estaba completamente lista. Mientras echaba una última mirada al espejo, sonó el chirriante timbre de la casa. Andy… aún seguía allí en la cama, mirándome. Aunque no lo crean.
-¿Te quedarás allí todo el día? –Pregunté. Mirándolo a través del espejo-.
-Te esperan, vete ya –Esbozó una media sonrisa, como no queriendo- Te ves hermosa _______.
-Eso no responde a mi pregunta pero tienes razón, me esperan –Por segunda vez sonó el timbre y me volví hacia la puerta- Haz cambiado mucho Andy… mucho –Salí de allí sin escuchar alguna palabra salir de su boca. Llegué casi a zancadas a la puerta principal, pasé mi mano por la perilla amarillenta, tomé un poco de aire y la abrí-.
Estaba de espaldas a la puerta y se volvió hacia mí. Adam estaba por decir algo cuando sus ojos se le pusieron como platos al verme y abrió un poco la boca. Pocos segundos después sacudió levemente la cabeza y me miró fijamente- Estás divina _______.
-Gracias Adam, ¿nos vamos? No quiero seguir aquí –Él asintió rápidamente y estiró su mano hacia mí, para que yo la pudiera tomar. Lo hice y caminamos dificultosamente por el pequeño caminito del jardín delantero, que estaba cubriéndose de nieve de nuevo. Entramos en el auto, el cual, ya estaba cubierto por una fina capa de nieve-.
-¿A dónde quieres ir _______? –Adam parecía muy feliz- Podemos ir a donde quieras.
-Sabes, te daré el privilegio de llevarme al lugar que quieras Adam. ¿Qué dices?
-Perfecto.
No se dijo más. No tardó mucho tiempo en cuando me di cuenta, estábamos en un pequeño restaurant. “Buen Gusto”. Me imaginaba que era muy temprano como para comer algo. Y se suponía que iríamos a desayunar por ahí. Se bajó rápidamente del auto y lo rodeó hasta llegar a mi puerta. La abrió y tomé su mano de nuevo. Nos dirigimos al pequeño restaurant y al entrar… para mi
sorpresa…, Ashely estaba allí.
Sentí que una pequeña y alarmante vocecita decía en mi mente que saliera de allí, pero no le di mucha importancia. Cuando volví mi mirada del lindo lugar a la mirada siniestra de Ashley, algo muy fuerte me golpeó la cabeza y pronto aparecieron miles de manchas negras en mi vista.
Había quedado inconsciente.
-¿Tienes el obsequio?
-Solo conseguí esto y…
-¡CON UN DEMONIO! ¡¿CUÁNTAS VECES TE HE DICHO QUE HAGAS LAS MALDITAS COSAS BIEN?! ¡ERES UN BUENO PARA NADA ESTEBAN! ¡ESTÚ/PIDO!
-Basta Ashley, deja de gritar o llamarás la atención de los vecinos… ¿ya está despierta?
-No, aún no. Pero se llevará una linda sorpresa… ¿no crees?
-La golpeaste demasiado fuerte.
-No fui yo quien lo hizo. Fue Adam.
-Pero tú lo incitaste… pobre Adam, en éstos momentos se está lamentando, no sabes cómo está…
-Ya basta de cursilerías Carlos, me importa un comino lo que haga Adam. Despierta a ésta imbé/cil pronto, dale algo de comer y dile que papá Noel trajo un regalo para ella.
Había un mar de voces alrededor y una gran parte de mi vientre ardía y dolía mucho. Mi cabeza dolía también y pareciera como si las sienes quisiesen martillar por completo hasta perforar mi cráneo. Mis párpados pesaban y no querían abrirse en lo absoluto. Unas manos tocaban mi rostro constantemente y lo acariciaban también. Escuchaba un débil sollozo y lo primero que pensé en hacer, fue tratar de saber lo que estaba pasando.
Decidí no alarmarme mucho y estar tranquila.
Me sentía muy extraña, pero no sabía porque.
-¿No es una mujer hermosa? –Decía, a lo que a mi concierne, era la voz de Ashley- Será mejor que abras ya tus ojitos princesita, o si no, no verás tu lindo regalito –Su tono de voz me helaba la piel y hacía que se erizara-.
Parpadeé un par de veces y me concentré en la voz que hostigaba cada vez más. Pronto, me di cuenta que estaba encima de una camilla, y que en ella estaban atadas mis manos y pies- ¿Qué hago aquí? –Fue lo primero que se me ocurrió preguntar-.
-Hoy es un día especial, _______. Sé que eso no resuelve tu pregunta, hermosa, pero tienes que saber que quise ser el primero en regalarte algo éste día. Algo muy personal –No alcanzaba a visualizar casi nada. Unas enormes luces me iluminaban por completo y decidí cerrar mis ojos de nuevo. Escuché sus pasos volver hacia donde me encontraba yo. Entre cerré los ojos y de pronto no podía creer lo que estaba viendo-.
En un enorme tarrón transparente, estaba un pequeño ser. Envuelto en un líquido semitransparente. Lo curioso fue que en su espalda, tenía unas pequeñas alitas, de las cuales resplandecía su color blanquecino. No pensé en más y miré mi vientre… no había rastro de haber tenido a un bebé en él. Volví a mirar el tarrón y éste tenía una pequeña cinta la cual tenía algo escrito: “¡Feliz Navidad, mami!”.
-¿No es hermoso? –Preguntó Ashley mirando el tarrón detenidamente-.
-¿Cómo pudiste? –Las palabras salieron muy a penas. Las lágrimas no se hicieron esperar y yo estaba completamente destrozada-.
-Muy fácil, mi querido doctorcito ayudo en gran parte. Por cierto –Dijo volviendo su cabeza hacia atrás- Hiciste un buen trabajo Adam. Dennis salió completito –Éste rió tontamente y después me miró. Ya no soportaría algo más-.
-¡Eres un descarado!
-¡Un descarado, maldito, estú/pido, malnacido!… ¡Lo que quieras! Ahora estoy satisfecho… mejor dicho, aún falta algo… -Se acercó a mi oído y lo lamió asquerosamente- ¿Recuerdas que te dije que te daría el placer de hacerte mía?
-¡Aléjate, maldito bastardo!
-Lo lamento amor. Ahora es mi turno de disfrutar.
#Capitulo 8
-… y luego le dije, hago postres, no doy respiración boca a boca a pájaros –Al principio, Paul parecía tímido y serio. Pero el final, resultó ser una gran persona. La verdad a Adam y a mí no nos importó su presencia, tuvimos de todo un poco en aquella deliciosa cena, la cual, la mayoría fue hecha por Paul y una que otra parte por Adam. Contaba grandiosas anécdotas sobre varios de sus viajes, como a Roma, París, Canadá, Etiopía, Israel, y la más graciosa de todas fue en su viaje a África. Tantos lugares en solo dos meses, era increíble- La verdad es que fue algo sorprendente, lástima que no estuviste allí Adam –Paul dejó caer su mano en el hombro de Adam y sonrió-.
-Pues sí, lástima. Pero sabes que no puedo andar de allá para acá, así como tú. Tengo trabajo y eso es algo que me gusta hacer –Rápidamente volvió su mirada a mí y sonrió-.
-¡Oh, por poco y se me olvidaba! –Paul salió corriendo de allí hacia la puerta por la que había salido, dejándonos solos a Adam y a mí. Él tomó el asiento de Paul, el cual estaba al lado derecho de la mesa y me miró unos instantes-.
-Son tan impresionantes las aventuras que ha tenido Paul éstos últimos meses, en realidad me encantaría poder viajar al igual que él y conocer más culturas y las raíces de las personas y… -Tratando de llenar el vacío que se había producido en aquel hermoso ambiente, todo había sido en vano. Adam se acercó tanto a mí que rozó mis labios delicadamente y mencionó unas cuantas palabras que no logré entender. Me plantó un beso dulce y tierno que yo no correspondí. Aún estaba en shock, tratando de asimilar lo que estaba pasando. Cerré mis ojos fuertemente y sentí rápidamente de nuevo sus labios en mí, creo que se había retirado para ver mi expresión. Esta vez, le respondí. Era tan diferente, tan… distinto, nada comparado con el calor y la esencia de… Andy
Abrí de golpe mis ojos y lo vi ahí, vi al hombre equivocado. Estaba besando a alguien que no era Andy, mi Andy. Me separé bruscamente de aquellos labios que me hacían recordar vagamente los de mi ángel. No, no le pagaría con la misma moneda a él, no lo haría. Sus ojos brillaban tenuemente bajo la luz de la luna y de unas cuantas velas alrededor-.
-Adam, yo…
-Si esperaba unos momentos más, esto se abría quemado –Paul venía hacia nosotros, aún sin darse cuenta ni sentir la tensión en ese lugar, en ese momento. Dejó una charolita con unos cuantos postres en ella y suspiró- ¿En qué estábamos? –Miró a Adam en el sitio en el que estaba él y bufó- Ya entiendo. En fin, un gusto conocerte _______, espero que te haya gustado la cena. Con su permiso- Se volvió a ir por aquella puerta de la que vino y no sabía que hacer-.
-Lo lamento, me dejé llevar por el momento –Adam bajó su mirada y suspiró- Perdóname, enserio, fui un tonto _______ -Tomó mis manos delicadamente y las miró-.
-Fui yo la tonta. Nunca debí aceptar esto Adam. Esto es un error. Tengo que irme, lo siento –Me puse de pie cuidadosamente y solté sus manos de las mías. Tomé el abrigo de mi asiento y me lo coloqué. Él aún seguía inmóvil y no dijo palabra alguna, me dirigí hacia la gran puerta por la que habíamos entrado y volteé. Seguía en la misma posición-.
Mi historia:
((Adam))
-Esto no está funcionando. Cada vez vamos de mal en peor, Joseph –Nunca se había pasado por mi mente que algún día, Demetria diría semejantes cosas- Será mejor que nos separemos.
-¿Pero, de qué hablas? –Hace solo seis meses que prometí y juré dar mi vida por ella. Amarla hasta la que la muerte nos separase y… se esfumó todo- ¿Cuál es el problema, Demetria? –Ella frunció el ceño y posó sus manos en su cintura-.
-¡Sabes que no me gusta que me llamen así! ¡Maldición! Ya no lo soporto Joseph. Me largo de aquí, de ésta casa, de la ciudad, de TÚ vida –Esas palabras me habían helado el alma. ¿Qué estaba pasando?-.
-¿Qué cosas dices mujer? ¿No estás conforme con todo lo que te doy? ¿No llenas con todos los malditos lujos que me pides? –Ella solo negó con la cabeza y apretó sus labios fuertemente-.
-No entiendes Joseph. Me voy con otro hombre… -Me quedé atónito-.
-Vaya, ahora entiendo. Así que ya no te satisfago sexualmente. ¿Eso es por lo que te vas? ¿El otro la tiene más grande que yo o es solo que eres una… -Me interrumpió dándome una gran bofetada en el rostro-.
-¡Tú nunca tienes tiempo para mí! Siempre estás en el maldito hospital atendiendo a otras estú/pidas y para mí no tienes ni un minuto… y en las noches estás tan cansado que no puedes ni siquiera mirar lo mucho que me arreglé para ti Joseph. Nunca viste mi esfuerzo por hacer que esto no se derrumbara. Ahora te quedas solo, ya tengo a alguien que puede complacerme de mil maneras en las que tu ni te imaginas. Sabes, ésto es un error –Fueron las últimas palabras que escuché salir de su boca y se marchó sin más que decir-.
Miraba el techo color blanco de la pequeña habitación del hospital. Desde aquella vez, no he dejado de pensar en lo que pasó. Aún no lo puedo creer, pensar que era todo para mí y en un abrir y cerrar de ojos la perdí para siempre. Maldita bruja.
-¿Disculpe? ¿Usted es el Doctor... –Sacó una hojita de su bolsillo trasero, muy arrugada y la abrió rápidamente- J. Adam? –Era una chica de estatura mediana, cabello castaño y ondulado; su piel tenía un color amarillo, casi blanco y tenía unos ojos divinos-.
-Sí, soy yo. Pasa _______ —
¿Ya nos habíamos visto antes? –Preguntó confundida al escuchar su nombre-.
-No, pero tiene una cita en éste momento conmigo –Sonreí el verla asentir sonriente, cerró la puerta y caminó hacia la silla que estaba enfrente del escritorio-.
Esa fue la primera vez que conocí a _______. Desde ese mismísimo momento dejé de recordar mi crudo pasado con Demetria. Ahora me sentía completamente distinto.
22 de Noviembre de 2011.
Sabía y sentía que hoy sería un gran día, aparte de que _______ tenía cita en mi consultorio. Decidido, tengo planeado darle su regalo sorpresa, aunque ya hayan pasado dos meses. No me había atrevido decirle nada, parecería un maniático si pensaba en decirle lo de su cumpleaños y más aún que soy un desconocido para ella. Quería demostrarle de una vez por todas que ese tal Andy, no es para ella. Aunque estuviera embarazada, no importaba. Tanto había anhelado tener bebés, formar una hermosa familia y amar eternamente a mi esposa. El pasado fue pasado. Sé que esta es mi oportunidad. Lo sé.
Mi gran sorpresa fue ver a un chico del lado de _______. En realidad no lo había visto nunca, me imagino que sería Andy. Yo le sonreí y él me miró serio. ¡Qué carácter! Entramos en la habitación y solo preguntaba por qué tenía que ser yo el doctor suplente de ella y por qué, por qué, por qué. No lo sé pero me cayó mal.
Entre tanto disparate, _______ se desesperó y continuó con la cita de hoy. La llevé hacia la camilla y antes de que ella se recostara, sonó el celular de Andy y, como lo había dicho _______ varias veces, no esperó ni dos segundos y corrió hacia la sala. Dejándonos, por fin, solos.
La verdad, no hice esperar mucho mis palabras y sin más, antes de que ella me hiciera unas cuantas preguntas, intervine.
-Yo tengo una pregunta para ti… ¿Qué soy para ti? –Ella se quedó callada un lapso corto y después continuó-.
-Bueno, últimamente te has convertido en una persona que me escucha, cosa que Andy no lo hace. Como un amigo –Dijo, mientras yo esperaba una respuesta muy diferente. Negué con la cabeza-.
-¿Nada especial? –La miré detenidamente y me quité los lentes-.
Solo un amigo, alguien especial. Claro. Decidí cambiar el tema y abrió los ojos como platos cuando le mencioné el nombre de Dennis. Creyó que no lo había recordarlo. ¿Cómo no recordarlo si lo mencionó un centenar de veces, después de que le dije que sería un niño?
Lo mejor del día fue el enorme favor que me hizo Andy. Se había esfumado como por arte de magia. Bueno, no por arte de magia, pero fue una suerte ya que se fue con una mujer y creo que con eso son puntos a mi favor. Le pregunté a _______ si quería que yo la llevase a su hogar, pero se negó. Claro, no me daría por vencido y volví a insistir. Ella accedió y así nos encaminamos a mi auto.
Ella miraba de un lado a otro, como buscando a algo. Le abrí la puerta de mi coche y entró cuidadosamente. Cuando estuve dentro, tomé mi reproductor de música y reproduje algunas canciones relajantes, encendí la calefacción y le pregunté que cuál era su helado favorito y ella puso cara de “¡¿Qué?!” y después preguntó que, qué era eso.
Me reí un poco y después recordé que estábamos en invierno, vaya pregunta Adam. Ahora le pregunté que si quería un café, pensó unos momentos y aceptó. Sonreí al escuchar un: “Claro, me agradaría”, pero después me preguntó que si yo tenía familia. Eso derrumbó la enorme barrera que estaba construyendo para alejar esos malos recuerdos. Le expliqué breve y tranquilamente lo sucedido y ella asintió.
No aguantaba más las ganas. Paul estaba narrando casi cada parte de su vida y yo desesperado por hacer lo que tanto estaba esperando. Por suerte, había puesto algunos pastelillos en el horno antes de salir, y rápidamente los fue a tomar. Era ahora o nunca.
Me acerqué a ella para besar esos hermosos labios que había estado deseando ya hace tiempo atrás. <Solo déjate llevar>, susurré. Junté mis labios con los suyos delicadamente, pero ella no respondió. Retrocedí unos cuantos milímetros y ella estaba pálida. Cerró los ojos fuertemente; yo lo hice también y nos besamos dulcemente. Era tan dulce y delicioso. Es todo lo que había estado esperando. Sus labios parecían derrochar miel y azúcar, tal vez era solo el momento, o mi pensamiento comenzaba a delirar. Se separó bruscamente y me miró muy detenidamente.
-Adam, yo… -Dios, ¿qué había hecho?-.
-Si esperaba unos momentos más, esto se abría quemado –Escuché la voz de Paul que venía hacia nosotros. Trajo una charola con unos cuantos postres en ella y dio un largo suspiro- ¿En qué estábamos? –Se dio cuenta que yo estaba ocupando su lugar y bufó- Ya entiendo. En fin, un gusto conocerte _______, espero que te haya gustado la cena. Con su permiso- Se volvió a ir y de nuevo, todo quedó en silencio-.
-Lo lamento, me dejé llevar por el momento –Bajé mi mirada y suspiré. Que estú/pido- Perdóname, enserio, fui un tonto _______ -Tomé cuidadosa y delicadamente sus manos, esperando un milagro. Que no se fuera-.
-Fui yo la tonta. Nunca debí aceptar esto Adam. Esto es un error. Tengo que irme, lo siento –Se puso de pié y soltó sus manos de las mías. Se puso su abrigo y me miró unos segundos. Estaba en shock. <Esto es un error>, me quedé helado. Había dicho lo mismo que dijo Demetria cuando se fue. Eso fue lo que más me dolió.
-Eres un tonto Adam –Paul venía hacia mí, comiendo un pastelillo- ¿Cuándo tenías pensado decirme que ésta chica estaba embarazada? ¿Sabes lo que mamá te echará en cara? Deja tú a mamá, lo que dirá papá –Él rió y tomó el asiento en donde estaba sentada _______- De seguro a ella la echaron de su casa y el papi del niño la dejó. Se está aprovechando Adam…
-Más vale que cierres la maldita boca de una buena vez. ¿O querrás que lo haga yo? –Me paré bruscamente de la silla y me dirigí hacia el local-. —
-Lo siento, no era para que te enojaras así hermano. Solo quería saber si abría un nuevo integrante en la familia. Es todo –Devoró el último pedazo de pastel que traía en la mano y me siguió hasta la puerta. Era muy noche para que _______ se hubiera ido así como así- ¿Adam? –Preguntó Paul al ver que no respondía-.
-Saldré a buscarla, dile al tío Peter que vuelvo en un par de horas –El frunció el ceño y asintió- Bien, te veré en el restaurant. Dejé al personal sin previo aviso, deben de extrañarme –Lo fulminé con la mirada, rió y se dirigió a la parte trasera del local. Tomé las llaves del auto y salí a su búsqueda-.
Mi historia:
(( _______ ))
Salí de la pequeña florería casi corriendo, con la esperanza de que a Adam no se le ocurriera salir a buscarme. Caminé por varias calles. La verdad no me importó por donde ir, con tal de desaparecer del camino de Adam, con eso estaba bien.
Dentro del invernadero estaba haciendo tremendo calor, pero, saliendo a la calle, estaba todo helado. Desconozco a que temperatura estábamos, pero mis pies perdían sensibilidad y calor.
Después de perderme yo misma por unas cuantas calles, a lo lejos veía un enorme farol. Su luz alumbraba muy poco a su alrededor y era tan amarilla que se parecía al sol. Yo recordaba ese faro.
De un segundo a otro, cerré los ojos dolorosamente y cuando los abrí, me vi a mí misma junto con un chico, tomados de la mano. Me decía algunas cosas y yo lo miraba detenidamente, de pronto, salté de alegría y nos besamos.
-¿_______? –Unos pasos venían hacia mí y escuché una voz decir mi nombre- ¿_______? ¿Eres tú? –Me volví lentamente hacia sí y ahí estaba un chico alto, de cabello negro, tez morena y bonita sonrisa-.
-¿Disculpa? –Él se acercó a mí y miró mi vientre-.
-Creí haberte escuchado decir que no te casarías ni tendrías hijos hasta terminar de estudiar leyes. ¿Qué pasó contigo?
-¿Leyes? Disculpa, ¿quién eres? –Él sonrió-.
-Rodrigo, tu ex compañero de leyes. ¿Qué te pasó? –Se acercó hasta quedar enfrente de mí y posó su mano sobre el abrigo- ¿Es de verdad? –De pronto Dennis pateó, como respondiéndole. Yo gemí levemente y respiré hondo- Lo lamento, ¿te lastimé?
-No, no, para nada. Fue solo una patadita –Él asintió-.
-Genial, oye, ¿qué haces aquí? Hace mucho frío y no es lugar para una mujer como tú, y sobre todo por tu estado.
-No, lo que pasa es que recordé aquella farola que está allá y… -Callé de inmediato. No le tenía que estar contando esto a personas desconocidas, bueno, no tan desconocidas pero de todos modos-.
-¿Recordando viejos momentos? –Arqueó una ceja y sonrió- Sé que no es momento, ni lugar y que también ya te molesté con esto, pero… ¿Por qué terminamos? Era una bonita relación y aun no comprendo lo que nos pasó -¿Qué? ¿Yo había andado con él?-.
-¿De qué hablas? –Pregunté confusa-.
-¿Sigues viviendo en donde mismo? Podría encaminarte hasta tu casa y así platicar. Claro, si quieres –Vaya, un desconocido llamado Rodrigo me había salvado la noche-.
-Claro, vamos –Dije sonriente-.
Caminamos por muy poco tiempo y en realidad no sé de lo que me hablaba, yo solo hacía lo que muchas personas. Asentir y decir unas palabras. Como lo dije, solo caminamos un tramo muy corto, para mi sorpresa, mi casa estaba a solo dos calles del farol. Me contó que nuestra relación tuvo un lapso de 3 años y que nos casaríamos, pero que yo después de unos días terminé con todo.
Una vez que estuvimos enfrente de la casa, las luces de la sala se encendieron repentinamente y al parecer Rodrigo no se dio cuenta de eso. Se acercó a mí y se despidió con un abrazo y un cálido beso en mi mejilla derecha. Antes de marcharse, dijo que quería que lo invitara al nacimiento de Dennis y que esperaba volver a verme.
Me detuve en el umbral de la puerta y respiré hondo, me volví hacia Rodrigo y él se había ido. Pero, cuando me volví para abrir la puerta, ésta ya estaba abierta, y Andy me miraba con el ceño fruncido y de brazos cruzados. El corazón pegó un salto de muerte. Feliz y decepcionado a la vez. Feliz porque estaba él allí. Decepcionado porque me dejó sola en el hospital.
-No te dejé allí –Dijo seriamente. Me miraba desaprobadoramente y se hizo a un lado para que pudiera pasar- ¿Por qué te fuiste de ese lugar _______? –Cerró los ojos y de pronto sus puños se cerraron fuertemente haciendo que sus nudillos se pusieran extremadamente blanquecinos. Y de pronto, explotó- ¡Y con ése tipo! –Cerró la puerta de golpe y yo estaba inmóvil. ¿Ahora era yo la que tenía la culpa de todo?- Y por lo que veo, viniste a casa con el estú/pido de “Rodrigo”.
-¿Lo conoces?
-¡Claro! ¿O acaso ya olvidaste que soy tu ángel? Yo fui quien te alejó de él. Quiso abusar de ti una noche, mientras tomabas varias copas y te caías de tanto tomar. Sé que no lo recuerdas, pero no quiero que le vuelvas a hablar… es… es un estú/pido –Se sentó bruscamente en el sofá y apretó fuertemente los labios- ¿Por qué te besaste con Adam?
–Me miró fijo y yo me quedé más callada que antes-.
domingo, 25 de noviembre de 2012
#Capitulo 7
Habían pasado solo 10 minutos de nuestra llegada a la habitación de la cual estaba asignado el doctor Adam, y Andy estaba igual de serio que cuando lo vio. No le quitaba la vista de encima mientras Adam le explicaba la razón por la cual él era el sustituto de Larry. A mi parecer, estaba enfadado.
-Pero, ¿Por qué no me dijiste nada _______? –Preguntó Andy mirándome incrédulo-.
-Traté de decírtelo pero tú solo me evadías, ¿lo recuerdas? –Él estaba por decir algo pero mejor decidió callar y volvió su mirada al piso-.
-¿Usted es el famoso Andy, cierto? _______ me ha hablado mucho de usted –Al parecer Adam sentía la incomodidad flotar en el aire, al igual que yo-.
-¿Así? ¿Y qué le ha hablado de mí? –Andy se estiró hacia enfrente, despegándose levemente de su asiento-.
-Mejor hagamos lo que vine a hacer –Dije rápidamente evitando una posible disputa entre ellos dos- Por favor Adam…
-¿Adam? Ya se hablan con mucha confianza, por lo que veo –Me interrumpió Andy. Lo miré y su mandíbula se mantenía fuertemente apretada-.
-Lo lamento –Corregí rápidamente- Doctor Adam, ¿podría decirme si podemos comenzar ya? –Miré a Adam y él sonrió dulcemente-.
-Por supuesto _______. Acuéstate en la cama y ponte cómoda –Me puse de pié y me dirigí hacia la camilla que se encontraba al lado de unos cuantos monitores y de una enorme pantalla de plasma. Me senté cuidadosamente y miré a Andy, éste seguía mirando hacia la ventana y de pronto sonó su celular. Apresuradamente lo tomó de su bolsillo y salió disparado hacia el pasillo- ¿Aún sigues teniendo dudas _______? –No había entendido para nada su pregunta-.
-¿Dudas? ¿De qué? –Me recosté en la camilla, me quité mi abrigo, desabroché mi pantalón, lo puse debajo de mi vientre y después subí mi blusa un poco. Adam presionaba unos cuantos botones y encendió la gran pantalla. Tomó un botecito con gel azul y lo echó encima de mi vientre. Estaba frío-.
-Ya sabes, con Andy. Es evidente _______, ¿Por qué no lo ves? –Pasó por encima del gel un aparato y vio hacia la pantalla grande-.
-¿No veo qué? No te entiendo nada Adam –Lo miré unos segundos y él se volvió hacia mí. Nos miramos unos segundos y después suspiró-.
-Eres tan inocente _______. Ni siquiera soy psicólogo y yo me doy cuenta, lamento decírtelo pero cualquiera que los viera diría que él te está engañando _______. ¿Te digo algo? –Yo solo seguía mirando sus ojos marrones a través de sus anteojos y asentí- Desde que llegó supe que era un celoso y posesivo empedernido. Lo digo por su comportamiento, ¿no crees? Es muy… sobreprotector.
-No Adam, al menos yo no lo veo así. A mí se me hizo extraño que se comportara así, nunca lo hace.
-Lo peor de todo es que te engaña en tus propias narices _______. Ya veo que lo que me cuentas es cierto. No tiene siquiera respeto por su esposa.
-¿Esposa? No, no. Yo solo soy… -Vaya, no sé ni siquiera qué somos- Soy su novia.
-¿Novia? ¿Y ése anillo? Creí que estabas casada. Con razón no vi el anillo de él –Sonrió dulcemente y se volvió a la pantalla- aún no logro descubrir qué es esa línea gruesa de color blanco que está detrás de su espalda. Pienso que es un exceso de placenta pero no sabría si estoy en lo correcto, nunca lo había visto –Movió el pequeño aparato hacia varios lados y señaló la pantalla sonriendo- Aquí están sus bracitos, sus manos, sus piernitas, su cabecita y… su corazón. ¿Quieres escucharlo?
-Por supuesto –Sonreí abiertamente mientras miraba hacia la pantalla. Presionó unas cuantas teclas del teclado y rápidamente el sonido retumbaba en la habitación. Era hermoso, sus latidos eran tan rápidos y sonoros que no sabría explicar por qué tuve ganas de romper a llorar. Me contuve unos momentos y sonreí más- Es hermoso Adam –Él sonrió, volvió a oprimir las teclas y la imagen de Dennis volvió a la pantalla- ¿No crees?
-Claro que lo es –Sacó una pequeña foto, se imprimió rápidamente y me la entregó. La tomé y él me limpió el vientre con un papel. Me acomodé la ropa y me senté de nuevo en la silla-.
-Tengo algunas preguntas Adam –Me mordí levemente mi labio inferior-.
-Dime _______ -Tomó su asiento enfrente de mí y puso sus manos encima del escritorio-.
Lo miré por unos segundos y después negué con la cabeza- Lo lamento Adam, me da pena preguntarte… me siento un poco extraña ya que nos hablamos bien y todo eso así que…
-Yo tengo una pregunta para ti… -Me interrumpió- ¿Qué soy para ti? –Esa pregunta me heló la piel rotundamente. No estaba segura a que se refería. Espero que no sea a lo que estaba pensando. ¿Le gustaría acaso? Son pensamientos y cosas muy precipitadas.
-Bueno, últimamente te has convertido en una persona que me escucha, cosa que Andy no lo hace. Como un amigo –Sonreí un poco pero el sacudió la cabeza negando-.
-¿Nada especial? –Me miró repentinamente y se quitó los anteojos-.
-Claro… un amigo. Para mí es alguien especial. Pero, ¿Por qué la pregunta? –Sentí como arrugaba poco a poco mi frente y él sonrió dulcemente-.
-Curiosidad. Bueno pues todo está bien con Dennis.
-¿Cómo recuerdas su nombre? Solo lo mencioné una vez y pensé no me habías…
-¿Escuchado? Claro que lo hice. Debiste ver tu rostro cuando te dije que era un varón. Debo de admitir que he dicho eso cientos de veces, pero ninguna mujer como tú _______ -Me miró detenidamente y se produjo un silencio incómodo-.
-Creo que ya es hora de irme, me dio mucho gusto volverlo a ver Doctor Adam –Me puse de pie y estiré mi mano para poder estrecharla e irme de ahí. Pero él no lo hizo, solo se puso de pie y rodeó el escritorio que nos separaba-.
-A mí también me dio mucho gusto _______ -Me tomó suavemente de los brazos- Espero que todo se arregle con Andy.
-Esperemos que sí –Zafé mis brazos despacio y me di la vuelta- Gracias por todo Adam. Te veo la próxima semana, cuídate –Él me acompañó hacia la puerta y cuando estuve fuera de la habitación no vi a Andy por ningún lado- Disculpe –Le toqué levemente el hombro a una enfermera que pasaba por ahí y ésta se volvió hacia mí- De casualidad no vio a un chico de cabello oscuro y ojos de color azul, como de ésta estatura –Elevé mi mano unos 20 centímetros por encima de mí y ella pensó un poco-.
-¿Llevaba un suéter negro? –Preguntó-.
-Sí, ¿lo ha visto? –Adam seguía a mis espaldas y ella asintió rápidamente-.
-Una mujer preguntó por él en recepción. Al chico lo vi salir del edificio hace una hora –Había quedado completamente muda. ¿Se había ido y no me avisó? ¿Y con una mujer? Vaya, que gran hombre tenía a mi lado, tal vez la mujer sería la de la llamada… ¡Diablos!-.
-Muchas gracias señorita –Bajé mi vista y ella solo se fue. ¿Andy? Tal vez la enfermera se había equivocado. A lo mejor fue otro sujeto que tenía las mismas descripciones que yo le di. ¿Era o no era?-.
-_______... –Al escuchar la voz de Adam pronunciar mi nombre, rápidamente bloquee mi mente y todos mis sentidos por completo. Era increíble, podría en éstos momentos buscarlo por cada rincón de éste edificio si era posible hacerlo. Pero ella era la que lo vio con sus propios ojos, bueno, no dijo eso exactamente pero tenía credibilidad. Tan solo te pido que no desconfíes de mí. ¿Cómo no desconfiar sabiendo que tal vez me está engañando? Esto estaba matándome, todo estaba mal. Traté de tragar todo mi sentimiento a llorar. No quería hacerlo, no debía- Si quieres puedo llevarte a tu casa –Escuché la voz de Adam decir a mis espaldas-.
-Eres muy amable Adam, pero no –Por una parte estaba agradecida, me llevaría a mi casa, pero por otra… no sabía ni siquiera la dirección. Sería tan tonto si él preguntara dónde quedaba mi hogar y yo solo dijera: no lo sé-.
-Insisto, pronosticaron lluvia para hoy y los siguientes días, y ¿no querrás enfermarte cierto? –Me volví hacia él y sonreí un poco. Aceptaría, ¿qué más daba no saber la dirección? Al parecer me importaba poco-.
-De acuerdo, acepto tu propuesta, pero… ¿No tienes que trabajar?
-No, claro que no, ya terminó mi turno, no te preocupes. Vamos.
Mientras recorríamos un gran tramo del edificio hacia su auto, miraba detenidamente el
camino, tal vez esperaba en el living o en el aparcamiento. Tan solo eso esperaba aunque fueran falsas esperanzas. Me introducí en el auto de Adam y él lo hizo también. Estiró su mano hacia su reproductor de música y lo encendió, seleccionó algunas canciones y las reprodujo a un buen volumen.
-No sé cómo puedes vivir con él, _______ -Dijo Adam-.
-Yo sí sé. No es tan malo como parece –Me encogí de hombros- O al menos yo no lo veo así –No quería hablar de eso ahora solo pretendía tener una buena conversación y eso todo-.
-De acuerdo, veo que no quieres hablar de eso. Hablemos de otra cosa, ¿cuál es tu helado favorito? -¿Helado?-.
-¿Qué es eso? –Helado, helado, helado… Oh! Sabía lo que era un helado. Lo miré y sentí como la sangre se acumulaba frenéticamente en mis mejillas. Él lo notó y soltó una risita-.
-Que graciosa eres, enserio. Bueno, mejor... ¿Te importaría si te invito un café? Si no quieres solo dilo, pero me apetece uno. ¿Qué dices? Yo invito –Sonrió dulcemente y acepté-.
-Claro, me agradaría –Sonreí un poco y comenzaba a sentir el calor que emanaba de la calefacción del coche ya encendida. Miré por la ventana del auto que comenzaba a empeñarse levemente, evitando que pudiese ver hacia afuera- En estas semanas me ha dado curiosidad… y quería preguntarte sobre tu familia… ¿Tienes?
Él se quedó en silencio unos momentos y después contesto- No, aún no la tengo. Pero hubo una persona especial hace mucho tiempo atrás.
-¿Quién era? -_______, debes dejar de ser tan curiosa- lo lamento, es que hay veces en que me gana la curiosidad y bueno…
-No te preocupes, para ser breve, la conocí en la facultad, nos “enamoramos” y le pedí que se casara conmigo. Nos casamos pero ella después de unos meses se arrepintió y nos divorciamos –Yo asentí mientras miraba hacia enfrente. ¿Quién se atrevería a hacer semejante cosa?- No quiero aburrirte con esto.
-No claro que no. No me aburres, es solo que me gustaría saber un poco más sobre mi doctor favorito –Sonreí un poco y de pronto la lluvia no se hizo esperar. El silencio se llenó de música relajante y también del sonido de las gotas golpear fuertemente el techo del auto-.
-Te lo dije –Susurró Adam sonriente-.
Solo solté una risita. El camino hacia la cafetería fue corto, las canciones que tenía en su reproductor, ¡gracias a Dios!, no solo eran de jazz y clásicas, la mayoría que él tenía, yo también las tenía en el mío. Ya sabrán cómo íbamos en el auto. Yo me aloqué y canté fuertemente, al igual que lo hizo él. ¡Fue tan divertido! Hace tiempo que no me divertía así. En realidad, nunca hice algo parecido al lado de Andy.
Cuando estuvimos allí, me disponía a bajar cuando él me detuvo amablemente y se bajó, sin importarle el frío y la lluvia. Regresó al auto con la nariz roja y sus dientes emitían un sonido constante. Admito que me dio risa.
-Un Capuchino para usted, bella dama… y un café semi-descremado para éste ogro –Me sonrió dulcemente y levantó lentamente el vaso de café- Brindo por ésta hermosa mujer, la cual accedió a que le comprara un delicioso café. Espero que le guste, My Lady –Choqué lentamente mi vaso contra el suyo y lo bebí cuidadosamente mientras él no despegaba la vista de mí. Solo desvié la mirada hacia la ventana y sin darme cuenta, bebí rápidamente el café y me quemé la lengua. Hice una mueca y él rió- Ten cuidado _______. Esa lengua puede servir para muchas cosas… -En realidad no entendí pero bueno. No importaba-.
-Claro. Y, ¿a dónde iremos ahora? –Adam había encendido el auto, se volvió hacia mí y me guiñó el ojo-.
-Ya verás –Bien, al menos servía que me llevara a otra parte para evitar decir mi dirección-.
Las ventanas del auto se desempañaron después de un rato y así podía admirar las calles de la ciudad inundarse rápidamente, mientras cantaba junto con Adam las canciones que se reproducían al paso de los minutos. Me la pasaba excelente junto a él. Me gustaría que éste día no planeado… no terminara.
-_______, sé que cumpliste años hace dos meses –Yo lo miré raro. ¿Cómo supo lo de mi cumpleaños si durante esas fechas el doctor Larry aún seguía atendiéndome?- No me mires así –Suplicó- Hace unos meses leí la información que tenía el doctor Larry en su escritorio. Me interesó mucho el tuyo y, ¡qué casualidad que yo haya sido tu doctor! ¿No crees? Bueno el punto es que memoricé tu fecha de nacimiento y hace unas semanas preparé tu regalo. Estuve esperando la ocasión -¿Un segundo regalo? ¡Genial!- Espero que te guste –Nos detuvimos enfrente de una pequeña florería. Adam tomó un paraguas enorme del asiento trasero y salió del auto, lo rodeó, abrió el paraguas y después mi puerta. Estiró su mano hacia mí y yo la tomé despreocupada. El frío se hizo rápidamente presente en mi cuerpo y sentí un leve escalofrío. Él me tomó de la cintura con una mano y caminamos hasta la puerta de la florería-.
-Está cerrado Adam –Miré el pequeño letrero fosforescente con letras negras enormes que decían CERRADO. Él sonrió divertido y golpeó la puerta dos veces. Las luces del pequeño local se prendieron rápidamente y apareció un señor de baja estatura, regordete y rojizo. Adam le hizo una señal con la mano y él asintió. Rebuscó varias veces en las pequeñas bolsas de su mantel verde, hasta que dentro de pocos segundos sacó un par de llaves y abrió la puerta de vidrio que se encontraba enfrente de nosotros-.
-Ahora está abierto, solo para nosotros, claro –Susurró en mi oído y me dio un leve empujó para que entrara. Él colocó el paraguas a un costado de la puerta y se dirigió al señor- Peter, ¿Está todo listo?
-Claro que sí Adam, pasen los dos por aquí –Él señor me miró sonriente y yo no pude evitar una sonrisa en mi rostro. Adam me tomó de la mano y yo lo seguí. Caminábamos en la obscuridad y en verdad no podía ver nada, pero al parecer Adam sí podía. A un par de metros pude visualizar unas lucecitas que se movían de un lado a otro, de color verde. Me imagino que saldríamos a la parte trasera del local. Adam se detuvo unos momentos, se volvió a mí para rodearme y taparme los ojos con sus manos- Tranquila, ya llegamos –Caminé unos segundos hacia enfrente y cuando hizo que me detuviera, deslizó sus manos y así pude mirar lo que me había preparado. Era un jardín enorme, lleno de flores de todos colores y la verdad es que olía delicioso. Había un pequeño caminito de piedras que daba hacia un enorme árbol, del cual, colgaban miles de florecitas pequeñas de color rosa. Las luces de color verde que había visto eran pequeñas luciérnagas que volaban de allá para acá. Era tan hermoso. Adam me volvió a tomar de la mano y yo lo seguí de nuevo. Mientras más nos acercábamos vi que debajo del gran árbol estaba puesta una mesita con unas cuantas velas alrededor, platillos de vidrio y una botella de champagne. Espero no haber cometido un error al aceptar venir con él. Adam retiró un poco la silla en la que estaba por sentarme, lo hice y él tomó su asiento enfrente de mí-.
-Es… hermoso Adam. Hermoso –Volví a repetir. La verdad es que el lugar estaba dentro de una… una… a mi parecer era una casita transparente- Vaya, hace calor aquí –Desabroché los botones negros de mi abrigo y me lo saqué lentamente-.
-Bueno, ¿quieres saber por qué hace calor? –Lo miré y asentí energéticamente. Él se quitaba su chamarra de cuero negro que a su vez, le quedaba perfectamente bien- Esto es un pequeño invernadero, aquí, Peter, cultiva las más hermosas flores y es excelente porque así las mantiene a una temperatura prácticamente normal. Es decir, podemos estar a 10 u 8 grados allá afuera, y aquí dentro estamos a 25 o casi 30 grados. ¿No es genial? La parte que más me encantó de esto… es lo que se ve allá arriba –Nos miramos unos momentos y me guiñó el ojo. Volví mi mirada hacia el techo, el cual, en vez de que fuera igual que las paredes del invernadero, era completamente transparente, se podía observar las gotas de lluvia golpear el techo para después resbalar. Lo que era una lluvia agresiva se volvió una ligera llovizna. El cielo se había convertido en una enorme masa obscura azulada en la que se veían pequeños puntitos blancos, las estrellas, se veían hermosas y sobretodo la luna, su luz iluminaba cada parte del pequeño invernadero y hacía que le diera un toque especial- ¿Te gusta? –La voz de Adam me sacó de esos hermosos pensamientos y después lo miré-.
-Claro que sí. Nunca vi algo igual –Sonreí felizmente-.
-¿Nunca? ¡Genial! Para todo, siempre hay una primera vez –Todo quedó en silencio de nuevo y aún nos mirábamos. Quería apartar mi vista pero no podía hacerlo. Él… él me miraba con tanto… tanto… sentimiento. Sentía una sensación extraña de acercarme a él y caer en sus brazos. Por una parte todo esto estaba mal… y por otra… quería hacerlo. No sabía por qué camino irme. No sabía nada- Espero que te guste la cena, la cociné yo mismo. Bueno, con ayuda de mi hermano –Sonrió y se puso de pie- Ahora vuelvo –Caminó por un lugar diferente de por donde habíamos venido. Lo seguí con mi vista y él, antes de entrar de nuevo al lugar, me miró y agito su mano de un lado a otro. Era divertido. Mi vista se quedó en la puerta por la que entró. Esto era raro, ¿cómo es que tendría todo preparado, si yo no tenía planes de venir? Esa pregunta la dejaría para después. Mi estómago estaba comenzando a gruñir lentamente y creo que era hora de comer algo, aparte de que Dennis pateaba mi vientre constantemente. Volví mi mirada hacia la puerta por la que Adam se había ido y de pronto salió de ahí a pasos torpes y detrás de él un chico alto que traía una enorme charola en la mano. Su tez era blanca, tenía cabello rizado y vestía un delantal lleno de harina y otros ingredientes- Ella es de la que tanto te hablé –Escuché decir a Adam en un “susurro” para el chico que venía con él- _______, él es mi hermano Paul. Paul, ella es _______ -Paul me miró por unos segundos desconcertado y después sonrió levemente- Bienvenida –Dijo con voz casi cortada-.
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